Las espumas aislantes pertenecen al grupo de espumas técnicas, compuestas de material plástico fabricado mediante reacción química entre poliol, isocianato y varios aditivos. Se diferencian de otro tipo de espumas como las filtrantes primordialmente por las características de su estructura celular, además de por las de su porosidad, resistencia y densidad, entre otras. Su uso es frecuente en construcción, como el caso de las espumas para parkings.
El EPDM es un elastómero de etileno-propileno totalmente saturado y necesita vulcanización por radiación, o bien productos que liberen radicales libres, como por ejemplo los peróxidos orgánicos.
Entre sus características técnicas más relevantes destaca su muy buena resistencia tanto al ozono como a la intemperie y a los ultravioletas. Su resistencia al envejecimiento y a los alcalinos y ácidos es óptima, aunque es particularmente sensible a los aceites.
La espuma aislante es de poliuretano, está hecha a base de poliéster y es muy versátil tanto en su presentación (como rollos, placas, piezas troqueladas bajo plano…) como en su uso, ya que puede adaptarse a cualquier necesidad del cliente.
En el caso que nos ocupa, es la mejor opción para resguardar las columnas de los parkings de agentes dañinos o molestos como el rozamiento, el polvo o el ruido, ya que se usa también como aislante acústico y lo amortigua. Gracias a su característica autoadhesiva, queda perfectamente fijada a la superficie y no necesita de otro tratamiento adicional.
Aunque su uso se extiende a varios sectores -es típica en la fabricación de altavoces de los equipos de música, y en los estuches de transporte de los mismos, ya que les dotan de una protección muy eficiente contra agentes externos, sobre todo golpes-, son especialmente usados en sectores de los transportes, el automóvil y la construcción. Por ello su aplicación para resguardar elementos del parking como las columnas cobra un protagonismo sustancial.