En la actualidad es bien reconocido por todos el papel importante que cumple el caucho, un material presente en muchos objetos cotidianos.
Pero, desde sus orígenes hasta el día de hoy, este material también ha ido progresando. Gracias a los avances tecnológicos, se ha desarrollado una serie de mejoras en sus prestaciones y procesamiento.
El objetivo de este artículo es contarte cuál ha sido esa evolución desde que fue descubierto hasta ahora.
El caucho, un material con mucha historia
Primero, como no podía ser de otra manera, tenemos que partir desde el punto de su origen. Fueron los indígenas amazónicos quienes descubrieros que del árbol Hevea brasiliensis se derramaba una “leche”. Por ese motivo, caucho proviene de la palabra “cautchouc”, que significa “árbol que llora”. Ahora sabemos que esa leche en realidad era látex.
Tras su descubrimiento, los indígenas no tardaron en darle aplicaciones a tal material. Sobre todo, se utilizó para la confección de sus ropas.
No obstante, en la época de la colonización -años más tarde- los países europeos y norteamericanos también se dieron cuenta de lo funcional que era el caucho y lo importaron a sus territorios.
Hasta ese entonces se empleaba tal y como viene dado por la naturaleza, pero con la llegada de la industrialización se vio que los aditivos podían mejorar sus propiedades químicas.
Después de diferentes pruebas en laboratorios, se observó que se podía fabricar caucho bajo demanda, cada uno de ellos modificado de acuerdo con las necesidades del producto final.
Además, como se empleaba menos caucho natural puro y se mezclaba con monómeros polimerizados, su coste productivo decrecía. Como consecuencia, el caucho sintético incrementó su globalización porque se convirtió en un material económico y con múltiples aplicaciones.
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